Atendiendo a lo expuesto en Real Decreto Legislativo 1/2004, de 5 de marzo, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Catastro Inmobiliario, Artículo 3º, Contenido, 3. Salvo prueba en contrario y sin perjuicio del Registro de la Propiedad, cuyos pronunciamientos jurídicos prevalecerán, los datos contenidos en el Catastro Inmobiliario se presumen ciertos.

Son innumerables los casos donde se nos presenta una realidad registral diferente a una realidad catastral. Este artículo hace hincapié en la volatilidad de los datos catastrales, más cuando hasta no hace poco la titularidad de las parcelas catastrales no se fundamentaban mediante escrituras o contratos formales.

Nuestra experiencia nos demuestra que mediante un trabajo de investigación registral puede llegarse a descubrir cuales fueron las causas de las discrepancias entre ambos estamentos, que de presumirse ciertos, en determinados casos albergan dudas.

La investigación registral implica el estudio de las fincas desde sus orígenes notariales hasta la actualidad, comparando las sucesivas modificaciones cartográficas catastrales que se han podido producir para determinar la certeza de los datos catastrales con los registrales.

Es un trabajo complicado, largo en el tiempo y costoso pero en la gran mayoría de los casos fructífero.